domingo, 5 de diciembre de 2010

Sueños


¡Qué equivocados estaban Bon Jovi cuando cantaban eso de "I'll sleep when I'm dead" (Ya dormiré cuando muera)!

Lejos de suponer una pérdida de tiempo, el sueño es una parte fundamental de nuestras vidas. Prueba de ello es que, de media, dedicamos una tercera parte de la existencia al placer de dormir.

Muchos pensarán ¿por qué el ser humano no dispone de un enchufe con el que poder recargarnos en un par de horas (o menos) como los móviles? y así tener más tiempo para hacer todo aquello que nos gusta.

Pues bien, aunque no hay un consenso general sobre las funciones del sueño, es evidente que es absolutamente necesario.

La propuesta más aceptada respecto a la función del sueño es que actúa como un reparador de nuestro organismo, tanto físico como psicológico, clasificando toda la información recibida a lo largo del día.

Según los estudios, dormimos en ciclos de unos 90 minutos, y en cada ciclo se alternan dos tipos de sueño:

  • Sueño lento: Durante esta fase de sueño disminuye nuestra actividad y el organismo se recupera físicamente. Disminuye la temperatura corporal, la frecuencia cardíaca y la actividad muscular esquelética.


  • Sueño paradójico (R.E.M.): Durante esta fase desciende el tono muscular, aumenta la frecuencia cardíaca y la presión sanguínea y es característico un rápido movimiento de los ojos. En esta fase son habituales las ensoñaciones emocionales intensas acompañadas de secreciones vaginales en las mujeres y erecciones en los hombres. Según algunas opiniones, en esta fase del sueño es cuando se produce la recuperación psíquica del organismo.
Otra posible función del sueño explicada por los expertos es que, para nuestros antepasados, dormir pudo ser una conducta útil ya que permanecíamos quietos quietísimos por la noche, pasando desapercibidos para los feroces depredadores que nos acechaban. Afortunadamente ahora esa conducta no nos es necesaria, al menos en la urbe, por ahora...

No dormir tiene consecuencias nada positivas, desde la fatiga y ardor de ojos que podemos sufrir después de 24 horas sin dormir (por muy bien que nos lo estemos pasando) hasta las alucinaciones y paranoias si somos capaces de estar cinco días sin dormir.

En resumen, además de otras razones como el frío invierno, la comodidad del sofá, el calor de la mantita, etc., etc., tengo otras muy buenas para echarme a dormir. ¡Hasta mañana!

5 comentarios:

  1. Desde luego lo de dormir es muy reparador y a mí se me da genial pero pensar que en una vida nos pasaremos una media de 23 años durmiendo!!! un poco pérdida de tiempo sí que parece. De todas maneras, mejor exceso de sueño que no poder dormir: en España hay 40 casos de una extraña enfermedad genética que afecta al tálamo y que impide dormir a sus portadores, el Insomnio Letal Familiar que lleva a un fatal desenlace en apenas 6 meses desde que se manifiesta.

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  2. No soy de las que piensa que durmiendo perdemos tiempo, la verdad. Yo soy muy dormilona!

    Un saludo

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  3. Curioso y aterrador lo del Imsomnio Letal Familiar, nunca había oido hablar de ello. Por suerte o desgracia, la genética nos expone a estas posibilidades.
    Otro trastorno más habitual del sueño (se da entre el 0,03 y el 0,1% de la población) es la narcolepsia, que afecta a la función reguladora del hipotálamo. Quien la padece pasa instantáneamente de la vigilia a la fase R.E.M. sin apenas darse cuenta, con las consecuencias que ello supone.

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